Rosario: la Casa de las Infancias sumó 8 mil chicos en estado de vulnerabilidad en menos de un año

El deterioro de los ingresos y la precariedad laboral empujan a muchos hogares a situaciones de vulnerabilidad extrema. Este espacio local incrementó un 44% la cantidad de situaciones que ingresaron desde agosto de 2024. Se trata de niños y adolescentes que se encuentran en "escenarios de pobreza estructural, marginación y exclusión social".

Actualidad30/07/2025lahoradensatanfelahoradensatanfe

Desde su inauguración el 30 de agosto de 2024, la Casa de las Infancias incrementó un 44% la cantidad de situaciones que ingresaron a este espacio del Municipio de Rosario, destinado a la protección y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Este porcentaje representa alrededor de 8.000 casos sobre los que se recibieron solicitudes de intervención en menos de un año.

En medio de la crisis económica que azota el territorio santafesino por las medidas del presidente Javier Milei y el gobernador Maximiliano Pullaro, cada vez son más las familias que deben recurrir a instituciones para tratar de afrontar este contexto crítico.  El deterioro de los ingresos y la precariedad laboral empujan a muchos hogares a situaciones de vulnerabilidad extrema, donde los derechos básicos, como la alimentación, la salud, la educación y un entorno seguro, se ven seriamente comprometidos.

La reducción de programas sociales, el recorte de presupuestos destinados a áreas sensibles y el incremento del desempleo exacerban estas problemáticas, generando una mayor demanda de intervención por parte de los organismos estatales encargados de la protección de la niñez. El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el 58,9% de los menores de 0 a 17 años en el Gran Santa Fe vive en condiciones de pobreza. 

Dentro de este porcentaje creciente de casos de personas a la deriva en la ciudad rosarina, se destaca que la franja etaria sobre la que se recibió mayor cantidad de pedidos de intervención durante este primer año de funcionamiento del servicio local corresponde a adolescentes de entre 12 y 18 años. Este dato es profundamente significativo, ya que evidencia que son las adolescencias las que atraviesan situaciones de desprotección, abandono, ausencia de referentes adultos y falta de cuidado, entre otras, que se encuadran en la ley penal y son altamente lesivas de su integridad.

Los datos surgen de un trabajo que cuenta con un sistema de atención temprana, con intervenciones que se inician en las mesas interinstitucionales territoriales, y que luego son abordadas —por su complejidad— desde los distintos equipos que integran el Servicio Local de Promoción y Protección de Derechos en la Casa de las Infancias."Se trata de niñas, niños y adolescentes que transitan la vida en contextos marcados por carencias materiales, pero sobre todo simbólicas, que los empujan a escenarios de pobreza estructural, marginación y exclusión social. Esta fragilidad los vuelve especialmente vulnerables frente a las lógicas y dinámicas de las economías narco-delictivas, que acortan sus horizontes vitales, empobrecen sus proyectos de vida y limitan sus posibilidades de desarrollo integral", advirtió la directora General de Infancias y Familias del municipio, Andrea Fortunio.

Los equipos que operan en la Casa de las Infancias están compuestos por psicólogos, trabajadores sociales, abogados, psicólogos sociales y antropólogos, quienes trabajan en conjunto para diseñar estrategias personalizadas que buscan no sólo atender emergencias, sino también restituir derechos y mejorar la calidad de vida de chicas y chicos. 

Rosario: violencia y narcotráfico golpean a niños y adolescentes
Fortunio fue al grano en materia de un perfil general de estos casos. “Son pibes que tienen un centro de vida en barrios donde proliferan la vulneración de derechos. Son los barrios más pobres. No tienen referencia parental, no están siendo cuidados en su desarrollo por los adultos, porque no los pueden cuidar, y en menor número, porque no quieren".

Y remarcó: "Los que no pueden son adultos atravesados por el consumo en una economía narcodelictiva y sus hijos suelen ser son absorbidos por las bandas a las que pertenecen sus padres, para vender, para hacer de campana, para hacer de mula; no están escolarizados, están caídos del sistema. No tienen registro de filiación de lazos comunitarios. Y les tienen miedo a los operadores territoriales, no se dejan ayudar. Construyen el lazo con otros a partir de la violencia”.

En medio del contexto de violencia que atraviesa Santa Fe y la falta de respuestas de la Policía de Pullaro ante los hechos delictivos por parte de bandas narco, el análisis territorial de los datos revela que los pedidos de intervención referidos a esta franja etaria provienen, en primer lugar, del distrito oeste, seguido por los distritos norte y sur. Con menor cantidad de solicitudes, les siguen los distritos noroeste y sudoeste, y finalmente, el centro

"Esta distribución evidencia que las mayores demandas de atención y cuidado se concentran en los territorios históricamente más afectados por procesos de desigualdad urbana, vulnerabilidad socioeconómica y fragmentación comunitaria. La lectura territorial del dato refuerza la necesidad de profundizar la descentralización de la política pública, priorizando la presencia estatal activa allí donde se entrecruzan las violencias, las ausencias y los silencios", aseguró Fortunio.

Entre los dispositivos de atención a la demanda espontánea, los equipos territoriales y los equipos del Servicio Local en la Casa de las Infancias, se encuentran activas más de 6.500 carpetas familiares (en comparación con agosto del 2024, cuando había 4500 carpetas activas).

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